Breve Derrotero de Corcega


Apuntes de un Viaje en Velero por Córcega





Apuntes de Derrota

*Toda la información expuesta a continuación ha sido elaborada de buena fe con la única intención de ser de utilidad a otros navegantes. No obstante, la seguridad de un barco depende en última instancia del juicio de su patrón, el cual debe evaluar toda la información publicada y no publicada disponible. En ningún caso estas notas deben ser consideradas como sustitutas de los derroteros oficiales.



Los antiguos griegos, en sus legendarias singladuras, descubrieron una inmensa montaña que emergía en el Mediterráneo occidental.

Impresionados por su belleza la llamaron Kalisté: la más hermosa, la sublime.

Hoy conocemos esta isla única con el nombre de Córcega.

La superficie y la población son aproximadamente un tercio de la de Cerdeña, es decir, algo más de 330 mil habitantes en un territorio escasamente mayor que la Comunidad de Madrid. El perímetro de la costa, trazado con líneas rectas, es de unas 300 millas.

En julio de 2018 visitamos brevemente Bonifacio desde Cerdeña. Ese breve encuentro con la costa de Córcega nos dejó ganas de más, así que el verano de 2019 regresamos para acometer la circunnavegación de la isla, desde el sureste y en sentido contrario a las agujas del reloj. En total, hemos estado en Córcega algo más de tres semanas. Los primeros días de julio navegamos la costa este de la isla, desde las bahías del sur de Portovecchio hasta unas millas al sur de Bastia. Aquí interrumpimos el periplo corso para adentrarnos en el Archipiélago Toscano (si a alguien le interesa puede encontrar el artículo con el nombre: Breve Derrotero de La Toscana. En agosto regresamos a Córcega y completamos la navegación desde Bastia hasta las bahías del suroeste.

Los puertos deportivos de Córcega, bastantes de ellos de gestión pública, parecen haberse puesto de acuerdo con respecto a los precios de los amarres. En la mayoría de los casos que entramos a puerto el precio del amarre osciló entre los 75 y los 85 euros/noche. Hago esta observación para no repetirme con el precio de los amarres más adelante.

Es conveniente registrarse en la web: https://www.resaportcorse.com desde donde es posible reservar amarres con antelación.

El barco en el que navegamos es un velero de 42 pies y 2,1 metros de calado.




Bonifacio

Lo primero, recordar que el estrecho de Bonifacio, o Bocas de Bonifacio, es uno de esos lugares con mala reputación por los ventarrones que se forman. Córcega y Cerdeña funcionan como dos grandes barreras orográficas alineadas de norte a sur y el viento sale por el único lugar que le dejan, el Estrecho de Bonifacio, eso sí, muy acelerado, especialmente en la parte de sotavento del estrecho. El viento puede venir tanto del este como del oeste, aunque en verano predominan los de esta última dirección. Cuando zurra de la dirección contraria, lo mejor, a mi juicio, es esperar con calma a que amaine. En verano son muchos, la mayoría, los días en los que el viento es manejable. Paciencia, pues. A nosotros nos pilló una de estas rascas en julio de 2018, queriendo cruzar a Bonifacio desde Córcega. Alquilamos un coche y nos fuimos de excursión.

Cruzamos el estrecho desde el Archipiélago de la Maddalena, donde fondeamos para pasar la noche entre las islas de Budelli y Santa María. Desde allí, y con el mar en calma, navegamos hacia Bonifacio. Como no habíamos podido confirmar una reserva decidimos llegar a puerto temprano, hacia mediodía, y conseguimos un amarre en el corazón de la villa. Quedaban pocos libres, y a lo largo de la tarde, como era previsible, se fueron llenando.

Viaje en Velero - Bonifacio desde el Mar
Viaje en Velero - Entrada a Bonifacio desde el Mar

La llegada a Bonifacio desde el mar ha sido innumerables veces narrada. Por tanto, ahorro todas las descripciones y lo resumo en una única palabra: espectacular. El incesante flujo de embarcaciones entrando y saliendo del puerto ayuda a distinguir en la distancia la entrada, lo que puede resultar nada fácil por la forma en que se mimetiza con los acantilados blancos. El tráfico de entrada y salida se concentra en el embudo de la bocana. Mejor prestar atención al tráfico y no despistarse con la maravilla del entorno. Dentro del puerto, la cosa no mejora con respecto al movimiento de embarcaciones y el espacio para maniobrar es reducido. Nosotros amarramos en el puerto público. Los marineros te sugieren que entres marcha atrás porque el espacio para maniobrar entre pantalanes es verdaderamente escaso.

Puerto de Bonifacio


Los baños y duchas de la marina son los del puerto en general y los utilizan cientos, quizás miles de personas que cada día llegan de visita a Bonifacio. Largas colas en la puerta, sobre todo en el de señoras. Un despropósito. Durante el día apenas corre una brizna de aire en el puerto y las multitudes paseando por el poco espacio que dejan las terrazas en los muelles generan una sensación bastante agobiante.

Viaje en Velero - Marina de Bonifacio
Viaje en Velero - Muelles de Bonifacio

Afortunadamente, al caer la tarde la situación mejora. Cogemos el tren “chu-chu” que sale del puerto para subir a la ciudadela. Arriba, las vistas son impresionantes; el casco histórico es interesante aunque sin vida propia fuera de los locales de hostelería y tiendas de souvenirs. Todo muy lleno. Nos costó encontrar una mesa para cinco. Disfrutamos el paseo de regreso, cuesta abajo, y volvimos al barco a dormir. Inútil: responsables un par de bares de copas en el muelle con el chunda-chunda hasta pasada la media noche. Ya sabes, si no puedes con ellos...

Viaje en Velero - Vistas desde la ciudadela de Bonifacio
Viaje en Velero - Vistas del puerto de Bonifacio
Viaje en Velero - Vista aérea de Bonifacio

En definitiva, una vez en la vida hay que venir a Bonifacio, ver los acantilados de caliza desde el mar, experimentar esa subida de adrenalina al acometer la bocana, maravillarse con las vistas desde el puerto y desde la ciudadela...

Pero en julio y agosto, probablemente no vuelva.

Salida del Puerto de Bonifacio




Desde Bonifacio a Porto Vecchio

En ausencia de ventarrón, es posible fondear sobre arena a ambos lados del Cabo Sperone, porque con viento fresco tanto de W como del E, probablemente habrá algo de ola en la zona. Unas dos millas al SE del cabo está el archipiélago de las Lavezzi. Es uno de los lugares estrella de la zona. Las tres veces que anduvimos por aquí, había tantos, pero tantos, tantos barcos fondeados que francamente se nos quitaron las ganas. Por lo tanto, nada os puedo decir en primera persona de estos islotes que forman parte de la Reserva Natural de las Bocas de Bonifacio.

Desde el estrecho ponemos proa a otra de las playas más famosas del sur de Córcega; la cala del golfo de Rondinara. Preciosa cala en forma de C, muy cerradita y abrigada. Bastantes barcos ya fondeados por la tarde, pero sin problema para encontrar un hueco donde echar el ancla en unos 4-5 metros sobre arena. Noche muy tranquila. En la playa, un pantalán donde amarrar la neumática, y un bar-restaurante muy acogedor.

Fondeo en Rondinara

Tres millas al norte de Rondinara se abre el golfo de Porto Novo, muy protegido del NW al S. El entorno muy agreste, atractivo, con posibilidad de fondear en cualquier de las “nalgas” del golfo. Pasando vimos algún barco fondeado, y mucho, mucho espacio libre. Nosotros seguimos hacia otra de las playas más famosas de esta zona, en el golfo de Santa Giulia. A pesar de no soplar demasiado, F3-4, el mar del SE entra en el golfo y el fondeo resulta movido. Hay muy poco espacio para tirar el ancla ya que toda la zona sur del golfo está cerrada por un campo de boyas organizado en donde nos pedían 35 euros por amarrar un par de horas. En la parte central y norte hay rocas y boyas permanentes. Conclusión, hay que echar el ancla bastante lejos, en 7-8 metros de fondo bastante irregular. Ahora, sabiéndolo, me habría quedado en el golfo de Porto Novo.

Desde aquí, remontamos la costa buscando el gran golfo de Porto Vecchio. A medida que nos acercamos, el tráfico aumenta considerablemente. Todo tipo de embarcaciones, además de grandes ferris animan el acceso al puerto a través del canal balizado. Vimos barcos fondeados al SW del puerto, pero nosotros, esta vez con reserva confirmada, queremos entrar a puerto para visitar la villa de Porto Vecchio.

Vista de Porto Vecchio desde el mar
Viaje en Velero - Porto Vecchio

El puerto deportivo está tomado por embarcaciones de chárter, predominan motoras potentes para salidas del día, y otras embarcaciones menores. El muelle sur está copado por las grandes esloras. A nosotros nos dan un amarre en el muelle norte. Dos marineros nos ayudan con la línea de fondeo (la pendille en francés, pronunciado la "pandil" en español). Los servicios correctos y las duchas, de pago, con fichas.

Recomiendo coger el pequeño bus urbano (eléctrico) que para delante del puerto deportivo y te sube a lo alto del centro histórico. Es gratuito. O eso te crees, porque lo que te ahorras en el bus, te lo hacen pagar con creces en los locales de Porto Vecchio. Sablacillos indiscriminados por doquier especialmente con la bebida. Obviando el factor crematístico, el pueblo es muy bonito. Ambientazo de paseo, tiendas y copas, y hermosas vistas al golfo desde muchos de los restaurantes.

A unos 15 minutos andando, al norte de de la marina, hay un gran centro comercial “Lecrerc” para la compra. La vuelta, en taxi, costó un 20% de la compra, para un trayecto de 3 minutos.

Balance general de esta escala: recomendable.



La Costa Este de Córcega

Como decía antes, en el golfo de Porto Vecchio hay muchas opciones de fondeo. Tambíen unas millas al norte, en los golfos de San Ciprianu y de Pinnarellu, siempre y cuando no sople fuerte del E o del SE. A partir de ahí, entre Porto Vecchio y Bastia, algo más de 70 millas hacia el norte la costa se vuelve rectilínea. No hay zonas de fondeo claro, excepto para protegerse del W.

Costa Este de Córcega desde nuestro velero

Hay también dos puertos deportivos, Solenzara, a unas 16 millas al norte de Porto Vecchio (lo siento, pero pasamos de largo) y Port Taverna, otras treinta y pico millas al norte de Solenzara. En este segundo quisimos entrar, pero no nos lo permitieron por nuestro calado de 2,1 metros. Máximo 2 metros, nos dijeron.

Como tarde y noche se esperaban muy tranquilas echamos el ancla al sur del puerto en unos 5 metros sobre buena arena. Mes de julio, entorno fabuloso, y solo otro barco además del nuestro.

Fondeo al sur de Port Taverna


Bastia y Cap Corse

Bastia, la segunda ciudad de la isla, se encuentra a poco más de 20 millas de Port Taverna. Nosotros llegamos a Bastia desde la isla de Elba después de haber recorrido el archipiélago toscano y partes de la costa penínsular. En Bastia hay dos puertos deportivos, el Vieux-Port (el Puerto Viejo), de gestión municipal, y Port de Toga, de gestión privada. Para una parada de una sola noche debería recomendar el Vieux-Port; el enclave es espectacular, en el corazón de la ciudad vieja, sales del puerto y estás al lado de todo lo que merece la pena en Bastia, protegido por la Ciudadela, con todo el ambiente... Sin embargo, las plazas de amarre son realmente estrechas, da igual que la manga sea de 3 m o de 4,5 m, todos vamos a las mismas plazas, y cuando se juntan tres o cuatro barcos de manga generosa las defensas quedan como milanesas. Durante el día, la altura del muelle impide que entre una brizna de brisa en la zona de los tránsitos. Y por último, los servicios y duchas, de pena. A pesar de todo, insisto, si la estancia va a ser de solo una noche, quizás se preferible soportar con estoicismo las incomodidades a cambio de amarrar en el medio de esta hermosa escenografía.

El Vieux Port o Puerto Viejo de Bastia

En caso contrario, creo que es preferible amarrar en Port Toga. Nosotros, por cambio de tripulación decidimos movernos desde el Vieux-Port. Un acierto. Un puerto deportivo convencional, sin nada especialmente reseñable, pero con las facilidades que uno necesita cuando entra a puerto: agua y luz sin dificultades, poder dejar el barco amarrado con seguridad (lo que no ocurre en el Vieux-Port), y unos baños y duchas suficientemente dignos, además de que dentro del puerto corre la brisa. Otro aspecto a valorar es que justo enfrente del puerto deportivo hay un gran centro comercial, Geant Casino, perfecto para hacer una buena compra, y un servicio de lavandería. Desde Port Toga hay que caminar un cuarto de hora hasta el centro por la parte moderna de la ciudad, pero incluso el paseo es agradable.

Con tiempo en calma es posible fondear al sur del Vieux-Port y al norte de Port Toga. Nosotros hicimos un fondeo diurno en la punta de Lavasina, unas 3 millas al norte de Bastia, enfrente de la playa, en unos 5 m de fondo sobre arena y algas.

Fondeo en Lavasine al norte de Bastia

Seguimos hacia el norte, hacia Cap Corse. En las casi 20 millas de longitud de la península de Cap Corse, con tiempo estable, o flujo del W, hay un montón de lugares en los que fondear. Nosotros subimos con SE fresco y en estas circunstancias no hay donde meterse hasta doblar los islotes Finichiarolla y Punta Vecchia. Existe, sin embargo, una marina, Port de Maccinaggio, en donde no es posible reservar. Incluso llamando por teléfono el mismo día, no confirman la plaza hasta que llegas a la bocana del puerto...

Como decía, viramos los islotes Finichiarolla, y, como era previsible, el maretón amaina. No somos los únicos que venimos a fondear a esta zona. Una docena de veleros anclan por aquí. Nosotros, de las distintas opciones posible, optamos por fondear al NW de la Torre Genovesa, en cala Genovesa, en unos 4 metros sobre arena. Estamos una media docena de barcos. En la cala Santa María, al SE de la torre hay otros tantos. Sigue soplando el viento del SE, la montaña atrapa las nubes bajas, la luz muy grisacea, en tierra pastos verdes y quietud. Si no fuera por la torre genovesa, parecería que estuviéramos de vuelta en Galicia. Precioso lugar y noche tranquila.

Vistas desde Cala Genovesa al este de Cap Corse
Fondeo en Cala Genovesa cerca de Cap Corse

Ya de mañana, con el viento en calma, doblamos el Cabo Cap Corse por dentro de los islotes de La Giraglia. Tráfico intenso de veleros en dirección E. Han debido estar esperando a que calmase el ventarrón del SE para doblar el cabo. Hay barcos fondeados en la famosa cala de Barcaggio, pero el día, muy gris, no invita al baño y seguimos bordeando la península de Cap Corse. En su cara W hay varios fondeos posible con flujo del E. Nosotros seguimos hacia el sur, rumbo al puerto de Sant Florent.


De Sant Florent a Ajaccio

En Sant Florent hay un puerto deportivo grande también de gestión municipal, en el que hemos previsto encontrar un amarre sin necesidad de reservar. Craso error. El puerto está lleno, pero como el tiempo ha mejorado no nos importa fondear en la bahía. ¿Cuántos barcos de todo tipo hay fondeados aquí? Docenas y docenas. Impresionante. Tiramos el ancla unos 300 metros al W de la bocana, en unos 4 m de fondo de fango en el cual el ancla parece quedar bien clavada. Estupendo atardecer, y con la neumática bajamos a cenar al pueblo.

Vistas desde la ciudadela de Sant Florent
Fondeo en la bahía de Sant Florent

En el puerto deportivo no ponen pegas para que amarres la neumática en al fondo del muelle central, al lado de los megayates. Vaya paradojas! Coqueto, animado y pequeñito. Así es Sant Florent, con mucha gente llenándolo todo y paseando por los muelles. Subimos hasta la ciudadela, bonita vista del golfo y escuchamos música en vivo por las calles. Bien.

Desde Sant Florent seguimos la línea de la costa hacia el oeste. En este primer tramo hay algunas calas y playas de película, y como en las películas de éxito, todo abarrotado. La costa está virgen, sin edificar, y las perspectivas, con las montañas en la distancia es extraordinaria. Navegamos dejando por babor las playas de Fiume Santu, Lotu y Saleccia, esperando, cada vez, que en la siguiente haya menos barcos fondeados. Pero no.

Vistas de Saleccia
Fondeo en la ca de Gignhu

Finalmente fondeamos en la cala de Ghignu, con menos reputación que las anteriores, pero igualmente saturada. Aparate de esto, como en todas las otras calas, los fondos son de arena y las sondas razonables. Parada para piscolabis y baño y seguimos hacia nuestra próxima escala, l'île Rousse, viendo también barcos fondeados, pero menos, en la playa de Ostricchioni, 5 millas al E de l'île Rousse.

l'île Rousse es un pequeño puerto, quizás sin el glamour de Sant Florent, pero también muy animado y agradable. Hay un mini puerto deportivo, con un pantalán donde amarrar por la parte exterior, con la proa a la bahía, es decir, sin ningún tipo de protección. Nosotros preferimos enganchar una de las boyas que están enfrente de la playa. Había otros barcos al ancla en la parte oriental de la bahía, pero incluso de noche quedaron algunas boyas libres. En teoría está prohibido amarrar entre el campo de boyas y el muelle pero había también allí un par de barcos al ancla. En principio, la única ventaja, ahorrarse un par de cientos de metros en la neumática para desembarcar en el muelle.

La Isla Rosa de Córcega
El puerto de Ille Rousse en Córcega

Bajamos al atardecer y mucha gente sobre el puente que conecta la isla propiamente dicha con el pueblo observando una maravillosa puesta de sol. Luz indescriptible. Momentos que te llenan el alma. O quizás, simplemente, te la vacían.

Fondeo en L'Ille Rousse - Córcega

Un par de calles llenas de restaurantes llenos de gente y tiendas no tan llenas conforman el centro del pueblo. Más allá, la playa y el paseo marítimo. Y el tren, que procedente de Bastia, se mete hasta el corazón de la villa, bordeando el mar. Otra parada recomendable. Nos quedamos una noche en la boya de l'île Rousse, salimos de buena mañana, y nadie pasó a cobrar nada. Gracias desde aquí.

A la mañana siguiente, mar y viento en calma, continuamos hacia Calvi. El primer tramo, alrededor de los núcleos de Algajola y Sant Ambrogio vemos como la costa se humaniza, no sé si para bien o para mal, y aparecen las primeras urbanizaciones. Al doblar la punta de Vallitone divisamos, todavía en la lejanía, la ciudadela de Calvi. Que lugar tan bonito. Al este, el puerto de Calvi a los pies de la fabulosa ciudadela. Al sur la playa. Y hacia el sureste el perfil intrincado y sugerente de las montañas. Muy bien.

Viaje en Velero a Calvi
Calvi desde el mar

El puerto deportivo de Calvi también estaba lleno. Teníamos intención de entrar para hacer agua y darle una buena carga a las baterías, pero no fue posible. A la vista del mogollón que se forma durante toda la noche en el puerto, fue una felicidad amarrarse a una de las boyas del ingente campo que se extiende al este del puerto adonde el ruido de la noche de Calvi llega algo atenuado. Muchas, muchas boyas, y los barcos muy, muy cerca unos de otros. Un marinero en una neumática te asigna una boya en función de la eslora, y te ayuda con los cabos, pero quedas a poco más de un par de metros de la proa y de la popa de tus vecinos. Con todo, mucho mejor que dentro del puerto. También es posible fondear libremente en la parte este del golfo, pero quedas bastante lejos del pueblo para desembarcar. Con cinco personas abordo, una neumática de 2,7 m y un fueraborda de 2,5 CV, ese ahorro de media milla se agradece. Por el campo de boyas pasan motoras ofreciendo todo lo que puedas necesitar en el barco: traerte la compra, llevarte a ti o recogerte, el desayuno a primera hora... Todo bien cobrado, claro está. Nosotros no podimos resistirnos a la aparición a primera hora de la mañana de unos croissants y unas baguetes todavía calentitos... Poco después vinieron a cobrarnos el uso de la boya, unos 35 euros/noche, creo recordar.

Es inexcusable bajar a Calvi al atardecer. Amarrar la neumática no es fácil: hay zonas donde no te lo permiten, y donde sí está todo bastante lleno. Aquí, al lado de una escalerilla para subir al muelle, alguien desamarró la nuestra. Afortunadamente, el poco viento que había la empujaba contra el muelle y allí seguía flotando, esperando fielmente nuestro regreso. Si el viento hubiera venido de tierra probablemente su fidelidad se habría resquebrajado y todavía la estaríamos buscando. Como a la mayoría, en este mundillo náutico me han pasado cosas sorprendentes, pero que me desamarren la neumática y la dejen así, suelta a su libre albedrío...

Volviendo al pueblo, los más vigorosos se sentirán recompensados con las vistas de la bahía desde lo alto de la ciudadela. Unos y otros, sentirán que entran en otro mundo muy ruidoso y un poco agobiante por la cantidad de gente que se apelotona en las calles. Mucho glamour y mucha gente guapa en Calvi. Y como hay tanta, tanta gente, también mucha como nosotros, que de todo tiene que haber en el mundo.

Vistas de la bahía de Calvi
Viaje en Velero - Calles de Calvi
Viaje en Velero - Puerto de Calvi

Por la mañana permiten amarrar en el muelle del NNW y llenar los depósitos de agua. No hay confusión posible porque la palabra “eau” está escrita en esta zona. Gratis, o casi, porque de un modo u otro ya lo has pagado en los locales del pueblo. Pero hay que llevar mangueras lo suficientemente largas, y sobre todo madrugar, porque solo hay espacio para media docena de barcos, y enseguida se forma cola para amarrar. Imprescindible forrar el barco con defensas para protegerse de los salientes del muelle. Algunos barcos aprovechan el amarre para acercarse al supermercado del pueblo y reponer avituallamiento.

Con los depósitos de agua llenos, nos vamos de Calvi. El tiempo se mantiene en calma y motoreamos hacia el SW. Nos saltamos otro de los fondeos famosos de esta zona, en el golfo de La Revellata, porque con el lío de hacer agua y algo de compra en Calvi salimos ya pasado el mediodía. Tras virar la punta de La Revellata, hacia el sur, la costa recupera su estado montaraz primigenio si rastro de edificaciones. Vemos barcos fondeados en los golfos de Nichiareto y de Crovani, ambos teóricamente buenos fondeos en ausencia de flujo del tercer y cuarto cuadrante.

Nosotros seguimos bajando hacia el puertecillo de Galeria. Frente a la playa, el ayuntamiento ha dispuesto un pequeño campo de boyas donde amarran pequeñas embarcaciones locales y con espacio para una media docena de barcos de hasta 15 metros de eslora. Hay que amarrarse a dos boyas, una a proa y otra a popa, exigencia del amable personal que las gestiona, y pagar 15 euros por cada una de ellas. Lo justifican por la necesidad de quedarse aproado al mar. Lo de la amabilidad no es un sarcasmo. Bajamos al puertecillo, demasiado pequeño para albergar barcos como el nuestro de 42 pies y 2,1 m de calado, en la neumática. No ponen pegas para dejar amarrado el chinchorro en los pantalanes. Y damos un paseo. Lugar remoto para venir por tierra, rodeado de montañas con altitudes considerables, casi no hay pueblo. Una pequeña plaza, al lado de la iglesia, y dos o tres restaurantes al lado del camino. Cenamos, por recomendación del marinero, en L'alivu, el olivo en corso. Bien. Paseo hasta la placita y regreso al barco. Sé que hay gustos para todo, pero este tipo de lugares me encantan. Son el contrapunto perfecto a la impersonalidad y excesiva saturación de lugares con escenarios urbanos tan atractivos como Sant Florent o Calvi, que hace tiempo perdieron su alma. Muy bien por Galeria, y avisados quedan los que prefieran algo más animado.

Vista del campo de boyas de Galeria

Galeria es uno de los puntos de acceso a la Reserva Natural de la Scandole. Con Bonifacio, es probablemente el tramo de litoral más fotografiado de Córcega. Espectacular si logras abstraerte al enjambre de docenas y docenas de embarcaciones de todo tipo, desde pequeñas neumáticas a motor, a barcos de pasajeros, que pululan por la zona. Está permitido fondear durante el día, los fondeos en general son bastante malos, pero antes del ocaso hay que levantar el ancla y salir de la reserva. Como digo, la costa de granito rosado, abrupta y escarpada, es muy atractiva a pesar de los pesares.

Viaje en Velero a Scandole
Reserva Natural de Scandole en Velero
Scandole desde nuestro velero

Al SE de la Scandole se abren dos golfos, el de La Girolata y el de Porto. En el primero, hay una pequeña marina con un campo de boyas. Nosotros teníamos intención de hacer noche aquí por las numerosas recomendaciones que habíamos leído. Sin embargo, cambiamos de idea. En 30 horas el estado del mar va a cambiar y nosotros tenemos que cambiar tripulaciones en Ajaccio dentro de tres días. Y aquí se presenta, a mi juicio, el mayor problema que se puede plantear navegando el NW de Córcega. En caso de mal tiempo, con ventarrón o maretón del NW, nada infrecuente en esta zona cuando ha habido castaña en el golfo de León, no hay un lugar claro en el que poder refugiarse, ya que toda la costa queda expuesta. En ese caso, sin un puerto o fondeadero seguro en el que abrigarse, hay que irse de aquí. Así que nosotros, nos saltamos con pesar La Girolata decidimos acercarnos más a Ajaccio y ahorrarnos, al menos, un día de maretón.

Esta noche se espera que empiece a entrar el mar de fondo del NW y me parece que la bahía de Sagone es el lugar en el que podemos quedar más resguardados. Pasamos por la población de Cargese, otra de las opciones que había contemplado para fondear, pero hay ya algunos barcos ocupando los mejores parches, y además, la información que tengo sobre el agarre del fondo, discreto tenedor, nos aconsejan seguir hacia Sagone. El extremo norte de la playa, la zona más protegida está ocupada por cientos de boyas permanentes. Imposible fondear en el medio. Hay que hacerlo por fuera, en 8 ó 10 metros de profundidad, o bien en el pequeño espacio que queda entre el campo de boyas y la línea de delimitación de la zona de baño. Optamos por lo segundo y encontramos un hueco donde echar el ancla en unos 4 m sobre arena. No hay mucho espacio para bornear y lanzamos el mínimo imprescindible de cadena, unos 15 metros, y comprobamos con las gafas de bucear, como siempre en el Mediterráneo, que el ancla queda bien clavada en la arena. Explico esto, porque al atardecer empiezan a soplar rachas fuertes y cruzadas de tierra, se ve la tormenta sobre la montaña, y en medio de la cena, el barco garrea. A oscuras, logramos anclar de nuevo, con la incertidumbre, ahora que no se ve, de que el ancla haya quedado bien clavada. Afortunadamente, la tormenta pasa y no nos movemos durante el resto de la noche. Me arrepiento de no haber fondeado más hacia al este, enfrente del centro de la playa, ciertamente más expuesto, pero con mucho espacio para soltar cadena en abundancia. Por la mañana ya ha hecho su aparición el mar de fondo, se ve romper las olas contra la costa en el extremo SW de la playa, aunque el lugar en el que nos encontramos sigue muy tranquilo.

Fondeo en Sagone - Corcega

Y salimos al mar, vemos las otras dos grandes playas del golfo de Sagone, la de Liamone y la de Saint Joseph, en donde a estas alturas ya entra el mar a saco. Vamos saliendo del golfo y el mar va creciendo. Se establece una ola de unos 2,5 m, con poco período, que nos entra primero por la amura, y más tarde por el través. No sopla demasiado viento y hay que apoyar con el motor para poder remontar la ola. Con la tripulación bastante perjudicada por el maretón alcanzamos el golfo de Ajaccio.

Doblamos las Islas Sanguinarias por el sur; hay un paso un poco más al norte, el paso de las Sanguinarias, con calado suficiente, pero está rompiendo en las dos orillas y, además, con ese nombre, va a ser que no. En la cara E de las Sanguinarias hay unos diez barcos fondeados, resguardados del mar. La información que tengo de este lugar es que, debido a lo irregular del fondo, solo es aconsejable con buen tiempo. Y no es el caso. El mar entra a saco en el golfo. Nuestro plan es echar un vistazo a los dos posibles fondeos que hemos identificado en el golfo que pueden ofrecer algo de resguardo al mar del NW y si no nos convencen entrar a puerto. El primero, a sotavento de la punta di La Castagna, aunque con ese nombre ya me diréis, y el segundo, en el antiguo puerto de Chiavari, los dos en la parte sur del golfo. En los dos lugares entra el mar de fondo. Optamos por entrar al puerto de Ajaccio.

Ajaccio dispone de dos puertos deportivos: el puerto de Charles Ornano, y el de Tino Rossi. Amarramos en el primero de ellos porque nos fue imposible ampliar la reserva que teníamos para el día siguiente en el de Tino Rossi. La principal peculiaridad de Charles Ornano, donde a los barcos en tránsito nos sitúan en la parte este del muelle exterior, es decir, completamente abiertos al primer y segundo cuadrante, es que necesitamos preparar un cabo de unos 20 metros a proa para amarrar a una boya (no hay líneas de fondeo). Después, marcha atrás hacia el muelle y dos largos de popa. Los marineros nos ayudan a encapillar, o amarrar, el cabo en la boya. Como suele ocurrir cuando ocupas una plaza de tránsito, para encontrar los baños tienes que buscar el punto más alejado desde donde estás y normalmente, por allí, andarán los baños y las oficinas. Aquí, hay que recorrer todo el perímetro del puerto para llegar al edificio de la capitanía en donde están los baños que, además, cierran por la noche. Desde aquí hasta el centro histórico de Ajaccio hay un paseo de unos 20 minutos.

Al día siguiente nos trasladamos al puerto Tino Rossi. Antes, vamos a darnos un baño a la playa de Aspreto, milla y media al E de Ajaccio, con mejor protección del mar de fondo de lo que juzgaríamos a la vista de las cartas náuticas. Playa grande, sin demasiado encanto, pero una posible alternativa de fondeo nocturno, en arena sobre 5-6 metros de fondo, en caso de que los puertos de Ajaccio estén completos. También es posible fondear en el puerto de Ajaccio. Según las cartas, toda la zona está restringida al fondeo, pero de hecho hay varios barcos fondeados al SE del puerto Charles Ornano, bien protegidos, entre el puerto deportivo y los muelles de los ferris.

Puerto Deportivo Tino Rosi en Ajaccio
Viaje en Velero a Ajaccio - Puerto Tino Rosi

El puerto de Tino Rossi es algo más pequeño que el de Charles Ornano pero su situación, en pleno centro histórico, y los amarres en el interior de los muelles, lo convierten, a mi juicio, en una mejor opción para la recalada en Ajaccio. Imprescindible, como en toda Córcega en verano, reservar con bastante antelación. El espacio para la maniobra entre pantalanes es bastante escaso, y uno siente en las horas de mayor movimiento, antes de mediodía y al caer la tarde, una sensación un tanto caótica con tanto barco en tan poco espacio. Los baños y duchas, correctos.

La ciudad está animadísima. Se celebra el 250 aniversario del nacimiento del célebre hijo de la ciudad, Napoleón Bonaparte, y toda la ciudad está volcada en el acontecimiento: desfiles, representaciones, homenajes... Por la noche, las calles del centro histórico y la zona del puerto están abarrotadas de gente. No se cabe.

Celebración 250 aniversario Napoleon en Ajaccio
Viaje en Velero -Celebrando a Napoleon en Ajaccio
Recordando a Napoleon en Ajaccio

Desde Ajaccio navegamos hacia el golfo de Valinco o Propriano. Poco viento, pero todavía bastante mar vieja; ha caído desde los 2,5 m con los que llegamos a Ajaccio a 1,5 m y la nueva tripulación también se resiente del movimiento.

En el golfo de Valinco hay varias opciones de fondeo. En la parte norte, las calas de d'Orzu y la de Cupabia, ambas agrestes y con fondos de arena, pero donde el mar de fondo sigue llegando bastante libre. Nosotros optamos por avanzar más hacia el este y poner proa al puerto de Porto Pollo. Con nuestro calado no podemos entrar a puerto, sin embargo hay algunas boyas disponibles frente al puerto y nos amarramos a una de ellas. También vemos muchos barcos al ancla al este y al sur del campo de boyas, y otros tantos un poco más al este enfrente de la playa de Taravo. La zona del campo de boyas está totalmente protegida del poco mar que vira la punta de Porto Pollo y sigue la trayectoria de la costa; en las zonas de fondeo libre los barcos se mueven un poco más. Bajamos a tierra en la neumática y la amarramos sin problemas en el muelle del puerto deportivo. Desde allí, un agradable paseo con un ambiente de veraneo muy tranquilo, no tanto como en Galeria, pero a años luz del mogollón de Calvi, Ajaccio, etc. La noche muy tranquila, y el mayor problema conseguir que la boya no golpee contra el casco. Imposible, pero como ya hemos hecho en otras ocasiones, forramos la anilla metálica de la boya con una toalla para, al menos así, amortiguar el sonido. Otra opción, forrar con defensas la proa y las amuras, y cazar mucho el cabo de amarre para que la boya se apoye en las defensas, y todo el conjunto se desplace al unísono. En fin, ya se sabe que cada maestrillo... Salimos de Porto Pollo pasadas las 11 y nadie pasa a cobrarnos nada por el uso de la boya. Gracias de nuevo..

Fondeo en Porto Pollo - Corcega

Entre el Golfo de Valinco y Bonifacio, último tramo de este relato, hay muchas playas y calas preciosas en las que fondear. Zona muy virgen y hermosa abierta al W, especialmente al SW, y con muy buena protección de sus contrarios. El único puerto al que puede acceder un velero con cierto calado es Port Figari, ya que en Port Tizzano es posible fondear pero no amarrar. Con tiempo en calma, o flujo del N al SE hay una docena de calas y playas en las que maravillarse de la naturaleza y el paisaje corsos. Entre las más famosas: Roccapina, Furnellu, Arbitru o Chevanu. Nosotros optamos por la playa Tralicetu, en el golfo de Murtoli; ya no queda mar de fondo y se espera un role al SE por la mañana así que preferimos un playa amplia en la que poder largar cadena y bornear sin problemas. Así lo hacemos y fondeamos en unos 5 m sobre arena. Debo recordar que todavía estamos en agosto porque por la noche nos quedamos solo tres barcos al ancla. No lo parece. El lugar, como toda este tramo de costa, espectacular..

Fondeo en el golfo de Murtoli - Corcega

Y desde el golfo de Murtoli, aprovechando el SE fresco que entra por la mañana, nos despedimos de Córcega y ponemos rumbo a la Asinara, en Cerdeña.


Conclusiones

A excepción del tramo que va desde Porto Vecchio al sur, hasta Cap Corse al norte, es decir, casi toda la costa este, el resto de la costa corsa es altamente recomendable como destino de crucero. Las dos zonas más concurridas son los tramos que van desde Saint Florent hasta Calvi, norte y noroeste de la isla, y la parte sur entre el golfo de Ajaccio y Porto Vecchio.

En el sur siempre es posible encontrar abrigos a uno u otro lado de las Bocas de Bonifacio según esté soplando de E o W. En el norte y noroeste de la isla, como ya hemos comentado, la cosa es bastante más complicada si sopla de W o NW, o si llega el mar de fondo que generan los temporales de viento del golfo de León y del sur de la Provenza.

Por tanto, en esta segunda zona, resulta imprescindible, a mi entender, tener un parte favorable, tanto de viento como de mar, para los días de crucero. En caso contrario, mejor arrumbar a otro lugar.
Otra característica común es el bajo número de puertos deportivos y que éstos en verano siempre están llenos. Se pueden reservar con mucha antelación, pagando en algunos de ellos un depósito, pero debemos asumir la incertidumbre del estado del tiempo en el futuro. A tener en consideración, por tanto, en términos de agua, combustible, energía y provisiones, que haya que fondear varios días antes de poder entrar a puerto.

Con Bonifacio a la cabeza, las villas costeras de Córcega, urbanísticamente y por localización, son muy atractivas. En este sentido destacamos Porto Vecchio, Sant Florent, Île Rousse y Calvi. Ahora bien, que nadie espere encontrar en ellas un ápice de vida más allá de las características propias de los destinos de turismo de masas. Para ello, hay que fijarse en las pequeñas localidades con poca oferta alojativa, y generalmente, con más difícil acceso. Recuerdo, en este sentido, lugares como Galeria, Porto Pollo o Cargese. Las dos principales ciudades de la isla, Ajaccio y Bastia, también merecen por lo menos un día para una visita superficial, pero agradecida.
Por último, y como no todo en la vida es solo navegar, es necesario recordar que Córcega es un destino consolidado de “trekking”. Senderos exigentes recorren la isla de norte a sur, y este a oeste. De los grandes senderos surgen multitud de ramificaciones en todas direcciones. Hay muchas empresas especializadas en este tipo de viajes que prestan servicios de logística, transporte y alojamiento. Puede ser una interesante opción para combinar con una travesía a vela